Si una persona tiene que enseñar a otra matemáticas, lenguaje, un oficio o un deporte, nos imaginamos, qué tiene que saber para hacerlo. Tendrá que estudiar e interiorizar los contenidos reglados de esas disciplinas. Sin embargo, la respuesta se vuelve más indeterminada si nos preguntamos ¿qué tenemos que saber para educar en ser persona? ¿Qué hay que estudiar para educar para la paz, la convivencia, la justicia, los derechos humanos, la reconciliación, el respeto, la igualdad… o para el diálogo, la colaboración, la generosidad, el trabajo en equipo… o para afrontar la dificultad, la soledad, el sufrimiento, la muerte, el sentido de la vida, la amistad, la paternidad, el amor…? La respuesta no está clara; pero la pregunta afecta a un ámbito educativo y vital que, cuando menos, parece relevante. En este terreno se adentra el libro “Educar en ser persona. Ocho aprendizajes”, escrito por Jonan Fernandez y editado por Baketik.
¿Cómo se forma el formador? El asunto no concierne únicamente a los profesionales de la enseñanza. Nos toca a casi todos. Nos toca, lógicamente por oficio, si somos maestros o maestras; nos toca por instinto y vocación si somos padres o madres que quieren que su hijo/a haga suya la importancia de vivir éticamente. Nos toca si nuestra profesión tiene que ver con la médula de lo humano: psicología, pedagogía, trabajo o educación social… Nos toca también si tenemos responsabilidades en grupos y equipos de trabajo, empresa o asociación, o si formamos parte de una entidad social que propone a su comunidad educarse en otros valores.
Pero es que además la pregunta ¿cómo educar en ser persona? se tropieza inevitablemente con una previa ¿cómo me educo yo en ser persona? Difícilmente seré un agente educativo si antes no he vivido esa experiencia de aprendizaje. Hay más aún, no es que yo deba educarme en ser persona porque funcionalmente lo necesito para educar a terceros. Es que aprender a ser persona es el reto en el que yo mismo/a me juego mi vida. Vivir razonablemente feliz tiene que ver con ser capaz de encajar la propia existencia en las limitaciones y posibilidades que nos ofrece ese traje: ser persona.
¿Cómo educarme y educar en ser persona? Esta es la cuestión que abordamos. Ante ella este libro comparte con el/la lector/a una hipótesis que trabaja Baketik. Sostenemos que la vivencia de ocho concretas experiencias de aprendizaje contribuye decisivamente a educarnos y educar en ser persona. Cuatro de ellas son aprendizajes básicos: la limitación de la condición humana, el sentido del agradecimiento, la escucha de la conciencia, y el significado de la dignidad humana. Tres más son aprendizajes instrumentales: el más del diálogo, el más de la empatía y el más de la paciencia. El último tiene la calificación de aprendizaje fundamental: el aprendizaje del amor.
Todo ello, conforma la Propuesta educativa Izan que promueve Baketik. La convicción de la que parte esta propuesta es que el material más valioso para educar en ser persona se encuentra en el núcleo de lo más singularmente humano. No son necesarios sofisticados aprendizajes, lo fundamental está ya en nosotros/as. Entre nuestra limitación y nuestras posibilidades podemos encontrar recursos educativos de un potencial infinito. No vamos a inventar nada, si acaso desvelar y promover lo que ya está dado en cada persona. En esta idea se concentran estos ocho aprendizajes para educarnos y educar en ser persona.
El nombre propio Izan significa ser en euskera. Se relaciona así con el título de este libro y con su vocación de fondo porque, finalmente, ser persona es ser. Izan es una propuesta para educar en ser. Sus ocho aprendizajes recogidos en este libro constituyen el marco teórico de esa propuesta educativa que se complementa con una parte práctica, especialmente dirigida al profesorado y a las familias. El acceso a esta parte práctica, que contiene más de 250 sugerencias de aplicación, es muy sencillo, basta con entrar en la página web de Baketik (www.baketik.org).
Esa parte práctica está más específicamente dirigida al mundo educativo, a familias y profesorado; pero su parte teórica, la que recoge este libro, está pensada para cualquier persona con inquietud sobre la vida, la convivencia o la educación. La Propuesta Izan sugiere educarse uno/a mismo/a en ocho aprendizajes para poder educar en ellos a otros. Cuando hablamos de aprendizajes, no nos referimos a materias que deban aprenderse como una lección teórica. Son vivencias personalizadas que representan una práctica. No invitamos solo a estudiar sino a experimentar.
La Propuesta Izan no surge de la nada sino del rodaje de una experiencia concreta que se inicia en 2006 con el nacimiento de Baketik. Dos libros anteceden a este: Ser humano en los conflictos (Alianza, 2006) y Vivir y convivir. Cuatro aprendizajes básicos (Alianza, 2008). Son escalones previos que ahora nos han conducido a este tercer libro y son la base de un programa de cursos que ofrece Baketik.
Una de las demandas que más claramente hemos detectado a lo largo de esta experiencia es la necesidad de una pedagogía social sobre los aprendizajes para la vida y la convivencia. Esto nos ha impulsado a centrar en el ámbito educativo la reflexión y la vivencia que ofrecían esos dos libros y sus cursos. También este libro, como los dos que le han precedido es un punto de partida abierto, es una propuesta. Surge de la vivencia, la experiencia y la práctica; y deberá ser enmendado y mejorado por nuevas reflexiones que surjan de la vivencia, la experiencia y la práctica.