La convivencia y el sirimiri

Tras el cese de ETA, la promoción de una convivencia conciliada se enfrenta a un riesgo: el olvido de su prioridad. Durante las últimas décadas, hemos vivido una experiencia social y políticamente traumática que debe ser elaborada y encauzada para evitar que, como ha ocurrido en otros lugares en situaciones similares, una mala asimilación de la misma en el cuerpo social provoque en el futuro fenómenos reactivos no deseables.

La respuesta es promover de modo sostenido una nueva cultura de convivencia y reconciliación social. No estamos hablando de algo puntual sino de un cambio cultural. ¿Cómo se crea una nueva cultura? No hay una fórmula mágica. Solo podemos crear condiciones que favorezcan ese cambio mediante un proceso.

Creamos condiciones mediante acciones sencillas y constantes que de un modo sostenido vuelven una y otra vez a los mismos núcleos. Es el fruto de un persistente sirimiri. Un buen ejemplo es el cambio de cultura ecológica de los últimos 30 años. No ha sido el resultado de una acción concreta sino de la suma de miles de acciones, la consecuencia de un persistente sirimiri.

Una nueva cultura de convivencia necesita una perspectiva de este tipo. Tiene, al menos, cinco ámbitos preferentes: la política, los ayuntamientos, la educación, la sociedad civil organizada y la vida cotidiana y personal. Desde la perspectiva de la eficacia del sirimiri, presento una propuesta centrada en la sociedad civil: construir y compartir una pedagogía ética sobre la convivencia.

Sugiero impulsar un proceso participativo a partir de diez organizaciones representativas de la pluralidad de la sociedad civil que, a su vez se comprometan a coordinar sus reflexiones con otras diez. El objetivo sería acordar no más de un folio con bases compartidas para afrontar la convivencia y sus dificultades. Nada más y nada menos que eso. Baketik ofrece cuatro referencias pedagógicas:

·Convivir es aceptar que mis perspectivas son siempre incompletas.
·Convivir es aprender a promover las oportunidades entre las dificultades.
·Convivir es asumir mi responsabilidad ética en cada circunstancia.
·Convivir es comprender el valor superior de la dignidad humana.

Si las entidades sociales fuéramos capaces de acordar unas bases de este tipo, estaríamos haciendo una buena aportación. Seríamos parte importante del sirimiri que necesitan la paz y la convivencia.

Jonan Fernandez

Nota: Este es el resumen de la intervención de Jonan Fernandez, director de Baketik en el seminario internacional “Diálogo y convivencia” organizado por Lokarri en el Palacio Kursaal de Donostia el 14 de diciembre de 2012.

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