En nuestro día a día nos encontramos con situaciones que a veces nos cuesta gestionar, momentos en los que, aunque actuemos con la mejor de las intenciones, nuestros actos pueden generar escenarios de tensión, incomprensión e incluso malestar en la otra persona. Entre ellos se encuentra el hecho de comentar el trabajo o la actuación de alguien, o lo que es lo mismo, dar feeback (anglicismo por el que se lo conoce), que supone para muchas personas un ejercicio incómodo y difícil.
No cabe duda de que el proceso de feedback es algo delicado. Aun así, cabe recordar que éste nace de un esfuerzo por ayudar y contribuir a la mejora de aquello que se comenta y/o al proceso de aprendizaje de la otra persona. En estas líneas hablamos de dar feedback en un entorno laboral o académico, que son los ámbitos en los que comúnmente se utiliza, aunque puede ser aplicado incluso en una dimensión personal-relacional.
A continuación, encontrarás dos formas para preparar tu feedback:
- Método del sándwich
Al igual que en un sándwich o hamburguesa, iremos intercalando las críticas o los puntos que pueden mejorar (relleno) entre comentarios que resaltan aspectos positivos (pan).
- Método de la mano
Como los cinco dedos de una mano, al dar nuestro feedback, trataremos de responder a las siguientes cinco preguntas:
- ¿Qué es lo que más me ha gustado?
- ¿Qué aprendizaje me llevo?
- ¿Qué añadiría?
- ¿Cuáles son los puntos fuertes?
- ¿Cuáles son los puntos de mejora?
Estas y otras técnicas de comunicación no violenta fueron abordadas en el proyecto Participation Needs Non Violent Debate organizado por el Centro Studi Sereno Regis, en el que participó un grupo de jóvenes a través de la Escola de Cultura de Pau de la UAB, entre las que se encontraba Ainhoa Azkarate, de Baketik.