Entrevista a Maialen Lizarralde de Baketik en la revista Administrazioa euskaraz
En el número 125 de la revista Administrazioa euskaraz, Jon Gónzalez de Reparaz escribe un reportaje sobre la polarización donde se encuentra la entrevista a Maialen Lizarralde de Baketik, entre otras personas expertas. Os traemos a nuestro blog la traducción del original en euskera.
¿Cuál es el mecanismo de la polarización?
Los seres humanos tendemos a agrupar a las personas como «nosotros» (endogrupo) y «ellos» (exogrupo). El problema viene cuando entran en juego otras variables que generan tensión: el miedo a la desaparición de formas de vida o identidades propias, la lógica de competición… En este ambiente, es fácil que las actitudes destructivas deterioren la convivencia y propicien la polarización tóxica. Ahí, las categorías «nosotros» y «ellos» se diferencian de forma rígida y se enfrentan en competición. Se produce una percepción de homogeneización y favoritismo con respecto a los miembros del grupo propio, identificando al endogrupo con categorías positivas y caricaturizando negativamente al exogrupo, y se refuerza y aumenta la distancia que separa al «nosotros» de «ellos». Así, al polarizarse alguien se identifica con un grupo y hace suya la forma de ver un problema y rechaza la postura contraria y las personas que lo sustentan.
¿Cómo detectar que una sociedad está polarizada?
Debemos centrarnos en las lógicas de enemistad: cuando convertimos en enemigo a un grupo humano, eliminamos su humanidad y el uso de la violencia en su contra cobra legitimidad social. Se crea una imagen distorsionada del «otro»: por ejemplo, se utilizan etiquetas sencillas para describir grupos diversos y complejos, mientras que miramos a nuestros grupos desde la complejidad. Los «otros» siempre son salvajes, simples, agresivos, irracionales… y «nosotros» somos diversos, y tenemos historias, circunstancias y culturas complejas y ricas. Eso también ocurre a nivel personal: nuestras actitudes destructivas dependen de la situación (mal día, influencia externa…), mientras que las de los otros son el eje y la muestra de toda su personalidad. El uso del lenguaje bélico o mensajes como «conmigo o contra mí» también son signos de polarización. Al final, en dinámicas que funcionan con lógicas de competición es más fácil generar polarización.
¿Por lo tanto, alguna clave para fomentar la convivencia?
Por ejemplo, flexibilizar nuestras creencias, ser capaces de cambiar o actualizar opiniones utilizando la brújula de la dignidad humana; e identificar prejuicios y juicios en relación a las personas que integramos en el grupo «ellos». En la misma línea, también debemos tener capacidad crítica con el grupo «nosotros», ya que no siempre debemos compartir todas las opiniones y visiones de los miembros del grupo del que formamos parte. Si pertenecemos a un grupo que no acepta una mínima disidencia, ¡atención! Tener cierto nivel de conflicto y de disparidad de opiniones es sano. En otras ocasiones, quedarse fuera de un grupo puede poner en peligro satisfacer necesidades básicas, lo que nos obliga a hacer nuestras ciertas concepciones destructivas. La influencia del endogrupo es muy poderosa en los seres humanos.
¿Cómo gestionar las discrepancias para no caer en la polarización?
Es muy importante ser consciente de la complejidad de los seres humanos, ya que esto despierta nuestra curiosidad y nos lleva a tender puentes para entenderlos y, por tanto, se rompe la simplificación. Disipar miedos también ayuda, ya que muchas veces tienen que ver con la creencia de que la existencia de estos «otros» es una amenaza para nuestras vidas. Por otra parte, para gestionar las discrepancias es necesario tener disposición a vivir cierto grado de incomodidad y tratar el conflicto como un proceso de aprendizaje. Son procesos llenos de emociones que consideramos negativas, y no es fácil. A partir de ahí, la clave está en el diálogo basado en la escucha. El ejercicio debe ser cooperativo, no competitivo.
¿Cómo desactivar las actitudes polarizantes?
Muchas veces, exponer datos objetivos y verdades no funciona, porque el ser humano en su complejidad no siempre es racional, pero es necesario intentarlo. Además, hay que poner medios para humanizar al exogrupo, y para ello no hay mejor antídoto que un diálogo sincero y directo. Que la persona que está polarizada se sienta escuchada y entendida y que vea que ese «otro» que tiene delante no es ni salvaje, ni irracional, ni mucho menos simple.
¿Cuál es el objetivo de Baketik?
En la búsqueda de la transformación social, trabajamos por la resolución de los conflictos en base a los derechos humanos. En el ámbito de la construcción de la paz trabajamos la violencia de motivación política de nuestro pasado reciente. No podemos olvidar que somos una sociedad que ha vivido una polarización extrema y cuyas consecuencias aún están muy vivas. Promovemos espacios de diálogo a nivel político y ciudadano, fomentamos el entendimiento mutuo para superar de una vez las lógicas de enemistad y evitar que se repitan en el futuro.