EL VALOR DEL TIEMPO

En este espacio donde habitamos, experimentamos y aprendemos, ¿qué valor tiene el tiempo?

En el mundo del pensamiento, del sentimiento su valor es relativo pues en una fracción de tiempo podemos imaginar, pensar, sentir, idear cosas grandiosas y asombrosas y en ese contexto son reales y verdades en esos mundos. Pero cuando esperamos ver realizadas y expresadas esas mismas ideas, sentimientos, verdades en la vida real de todos los días, nos damos cuenta que no funcionan de la misma manera. No tienen por qué concordar con lo que pensamos, hablamos, creemos…

Y es que desde que algo llega y se expresa en el mundo del pensar, sentir, imaginar… hasta que llega a materializarse en este mundo y experiencia necesita un tiempo para concretarse y hacerse realidad y verdad en lo cotidiano. Es más lento y por ello necesita de la repetición, persistencia, paciencia y espera.

Hoy en día en que los medios de comunicación y tecnología nos permiten acceder rápidamente a la información, a nuevas ideas, nuestra imaginación y libertad de crear está más patente, pensamos que eso basta para hacerse realidad. Y así no nos permitimos dejar espacio y tiempo en nuestras vidas para que eso se geste debidamente y se haga verdadero hasta el nivel más elemental en cada uno de nosotros y no solo en el mundo del pensamiento y sentimiento. Y es que es la otra cara de la moneda que se complementa y sin ella no es posible ninguna auténtica realización.

Mi experiencia me confirma que es importante dejar lugar y tiempo a los espacios de silencio, a los espacios “vacíos”, a la espera, al “no hacer aparente”, al “no saber”, pues son los momentos que permiten enraizar, gestar, nutrir y ofrecer oportunidad a que lo que nos hemos propuesto tenga un lugar y un tiempo disponible para aparecer y colocarse.

Marijo

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