Hace 4 años estuve en México en la boda de Alejandra y Cesar. Durante una semana estuve en casa de Socorrito, abuela de Alejandra. Fueron días felices en los que me sentí uno más de la familia.
El lunes recibí un correo agridulce desde México donde por una parte me comunican que el sábado nació Iker, primer hijo de Alejandra y Cesar y por otra, que el domingo falleció Socorrito. La vida y la muerte, dos caras de la misma moneda. La una sin la otra no tiene sentido.
Una de las cosas que más me ha impresionado de mis estancias por México han sido las celebraciones en torno al día de muertos el 1 y el 2 de noviembre. Recuerdo que la primera vez que viví esos días en México, la familia de Alejandra me invitó a acompañarlos al Cementerio. Al llegar todo era música y color. Fuera del cementerio había gente vendiendo de todo y una vez dentro me impresionó ver familias completas comiendo, tocando la guitarra, cantando y riendo delante de los panteones. Un contraste total con la forma en que lo vivimos aquí.
Aquí, el 1 de noviembre es un día más bien triste, en el que recordamos a alguien que ha fallecido, alguien que nos falta. Allá, recuerdan a alguien con quien han vivido. Ellos creen que ese día el alma de la persona fallecida regresa y lo celebran con ella, comiendo y bebiendo lo que más le gustaba, cantando sus canciones preferidas. Son dos formas de vivirlo. Unos lo vivimos desde la limitación y otros desde el agradecimiento, dos caras de la misma moneda.
Iker y Socorrito solamente han compartido un día en este “pinche” mundo, aunque no se han llegado a conocer. Pero seguro que Iker llegará a saber quién ha sido Socorrito porque Alejandra, Cesar y el resto de la familia se lo contarán y lo celebrarán juntos.
PD: Esta semana la Real Sociedad ganó 4-0 al Rayo Vallecano y el mexicano Carlitos Vela marcó dos goles, uno por Socorrito y el otro por Iker. Vela no lo sabe, yo sí. Alejandra y Cesar, son dos mexicanos muy mexicanos… y de la Real.
Pello Sarasua