Vigencia y guía contra las injusticias.
Debemos ser justos. Por primera vez en la historia nos hemos dotado de organismos internacionales que contemplan los derechos humanos y los mantienen en su agenda. Si bien es cierto que seguimos sumidos en guerras cada vez más deshumanizadas y siguen vulnerándose derechos humanos en muchos estados, incluso en estados democráticos que no han tenido problema en ratificar los tratados internacionales.
Pero de la misma manera, el repudio a la humillación y al maltrato físico, el rechazo a la privación de derechos… forman parte ya mayoritariamente de los fundamentos morales y éticos, más o menos aceptados como son la dignidad humana y el respeto de todos los miembros de la sociedad.
Por todo ello, aun haciendo justicia a través de un balance lleno de claroscuros, los derechos humanos mantienen su vigencia como elemento articulador en la lucha contra las injusticias, colocando en el centro el concepto de dignidad humana, la necesidad de justicia de las víctimas, señalándonos el propio marco de trabajo como un marco en construcción al que deberán sumársele nuevos derechos, ante la inevitable necesidad, además, de integrar demandas y reconocimientos que estuvieron fuera del marco cognitivo o de las sensibilidades de quienes los impulsaron cuando fueron alumbrados.