Recientemente tuve la suerte de compartir un café con un antiguo amigo con el que llevaba tiempo sin estar. Obviamente nos contamos cómo nos iba la vida y, concretamente, en qué estábamos embarcados profesionalmente. Como suele ser costumbre tuve que explicar qué hacíamos o al menos intentamos hacer desde Baketik. Entre otras actividades le describí los procesos de recuperación de la convivencia que estábamos acompañando en diversos municipios. Su respuesta fue categórica: “pero si orologi replica omega aquí ya estamos bien”.
No es ni la primera ni la última vez que tendré que escuchar esta afirmación. Para una buena parte de la sociedad vasca, independientemente de su color político, “aquí ya estamos bien” y, por lo tanto, no es necesario tener que “reabrir heridas”. Así pues, una vez que ETA anunciara el cese definitivo de la violencia, muchas personas dan por hecha la convivencia. Para ciertas personas quedarán aspiraciones políticas por conseguir, errores por reconocer… pero, en general, se percibe que ya no hay problema de convivencia como tal.
De todas formas, no es tan sencillo. De la misma manera que hice con mi amigo, en cuanto uno “rasca” un poco en la conversación, se percibe que aún nos queda mucho por andar. Sin tener que irnos a la teoría y la práctica de los grandes conflictos, sino simplemente a los nuestros del día a día, nos daremos cuenta que tras la tormenta, en los conflictos también puede llegar la calma, de manera que tras una fase más cruda y dura, pueden venir otras más “llevaderas”. Sin embargo, de la misma manera que nuestra costa no ha quedado igual tras los últimos temporales que la azotaron y son muchos los trabajos de recuperación, la convivencia en nuestra sociedad puede que afortunadamente se encuentre más cerca de ser recuperada, pero aún nos quedan muchos “trabajos y obras de recuperación”.
La saludable esperanza de querer vivir un nuevo tiempo en nuestro país tras tantos años de conflicto no puede cegarnos. Nuestra convivencia ha sufrido y mucho, y aún hoy, si se superan los tabúes y nos permitimos hablar replique de montre libremente, nos daremos cuenta que puede que estemos mejor, pero que la recuperación del respeto al otro, tiene aún mucho trabajo por delante.
Iker Uson