Ha pasado más de un año desde que ETA anunciara el cese de la violencia. Muchas personas estamos preocupadas por la situación estática en que se encuentran algunas cuestiones como el desarme, el fin de la violencia y la consolidación definitiva de una nueva cultura de convivencia en paz en nuestra sociedad.
Según distintos analistas, hay dos puntos clave para salir de este impasse. El desarme de ETA y la política penitenciaria. Informaciones que parecen fiables, aseguran que ETA está dispuesta a entregar las armas. Quiere tratar sobre esto con el Gobierno español que, por su parte, se niega a ello. Por otro lado, fuentes autorizadas subrayan que existe la predisposición clara del colectivo de presos a una revisión crítica del pasado.
Si todo esto fuera cierto, y parece que lo es, la situación es la siguiente: por una parte, ETA y los presos quieren dar los pasos que la sociedad espera que den; pero, por otra, no tienen una ventanilla con interlocutor autorizado que les atienda. La coyuntura es kafkiana; pero es la que es.
Muy probablemente, Rajoy teme que cualquier movimiento en este campo, le someta a importante riesgos y a beneficios políticos muy poco claros. Hay que reconocer que, al menos, en parte puede tener razón. Sin embargo, no es un obstáculo insalvable. Hay un argumento de valor mayor que puede tener en cuenta y dos cosas sencillas que permiten aminorar los riesgos.
El argumento, más allá de perjuicios y beneficios, es la sublimación del valor de la paz. Desde un punto de vista personal y humano, probablemente, nada habrá más importante en la retrospectiva de un político que haber jugado un papel decisivo en la desaparición definitiva de la violencia. Creo que este argumento debe animar al Presidente Rajoy a actuar. También debe animarle a ello saber que se pueden dar pasos que reducen los riesgos. En este sentido, hay dos posibilidades:
·A iniciativa del Gobierno, el Congreso de los Diputados podría aprobar con el más amplio consenso posible, el encargo a una institución internacional de las gestiones pertinentes para materializar el desarme de ETA.
·El Gobierno español podría anunciar que la política penitenciaria se podrá modificar atendiendo al consenso transversal que en esta materia se alcance en el Parlamento Vasco.
Se trata de dos iniciativas sencillas que entrañan un riesgo controlado y que contribuirían a superar el bloqueo actual. Serían dos movimientos que la sociedad vasca, que quiere pasar página de una vez por todas, agradecería al Presidente Rajoy.
Jonan Fernandez